Durante el año que ha transcurrido desde la última vez que estuvimos aquí ha fallecido otro hijo de la familia, el mayor de los que entonces resultaron heridos, Mohammed Raban, de 17 años. Entonces lo vimos en el hospital Shifa de Gaza, anestesiado y conectado a un respirador. El portavoz del ejército israelí ni siquiera se tomó la molestia de pedir disculpas y no expresó el más mínimo pesar por el terrible daño inflingido a personas inocentes. Además, no solamente Israel no ofreció ninguna compensación, sino que ahora existe la cruel orden en virtud de la cual los padres que han perdido a hijos —padres que llevaban años trabajando en Israel— tienen de nuevo prohibida la entrada a Israel por orden del Shin Bet, el servicio de seguridad israelí. Las autoridades israelíes han prohibido entrar a Israel a los familiares de los muertos o heridos palestinos por temor de que tomen venganza. Y de esa manera, a la pérdida de los familiares y a los daños físicos aún sin curar hay que añadir la extrema penuria económica y la ociosidad forzosa.
posted by Palestina Resiste! at 7:25 a. m.
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